Sin cursos para la universidad | La Opinion

Un 92.5% de los estudiantes de secundaria del Este de Los Ángeles quiere asistir a una universidad de cuatro años. Pero sólo un 27% se gradúa habiendo superado los cursos A-G -15 asignaturas esenciales con contenidos más rigurosos-, necesarios para poder acceder a este tipo de instituciones.

"Que los cursos existan no es suficiente. Hay que conseguir que los tomen y aprueben", dice Henry Pérez, director interino de la organización La lucha del pueblo, basando sus datos en una encuesta realizada entre enero y junio de este año.

La organización planteó ayer sus preocupaciones ante la Junta del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles (LAUSD), expresando sus dudas sobre que el mismo esté haciendo todo lo posible por difundir los cursos y ayudar a que los chicos los superen.

Pérez señala que cuando se cumple el quinto año desde que LAUSD adoptara la resolución estableciendo la incorporación gradual en el curriculum de estos cursos, se ha hecho algún progreso, pero no el suficiente.

Según la resolución adoptada en 2005, para 2012 será obligatorio superar las clases A-G para graduarse de secundaria.

En las cuatro grandes secundarias del este de Los Ángeles (Garfield, Roosevelt, Wilson y Lincoln) la tasa actual promedio de graduación de secundaria es sólo del 48% aún más baja que el ya desalentador promedio de 52% de graduaciones en todo LAUSD.

Manuel Robles, un ex estudiante de Garfield, comenta que sólo descubrió que no tenía los cursos necesarios para ingresar en CSU- Los Angeles, cuando rechazaron su solicitud.

"Fue un golpe muy duro, darme cuenta que la secundaria no me había servido ni para aprender sobre los requisitos para continuar", dice Robles, quien desanimado, optó por buscar trabajo y abandonar para siempre sus estudios.

Vanesa Gavia, estudiante de Wilson, sin embargo, planea graduarse en septiembre habiendo superado satisfactoriamente los 15 cursos A-G y con la esperanza de ser admitida en Stanford o UC.

Pero reconoce que cuando ingresó en la secundaria no sabía nada de estos cursos.

"Me enteré porque me asocié con el sindicato de estudiantes y organizaciones comunitarias", dice Gavia, indicando que para muchos de sus compañeros la información consistió principalmente en un papel pegado en la puerta de la oficina de consejería. Todavía un 18% de los estudiantes de la zona este, desconoce los requisitos de los cursos A-G

Yolanda Rodríguez, residente del Este de Los Ángeles y madre de cinco hijos, enfatiza que la participación de los padres es fundamental. Ella ha tomado ya dos clases informativas sobre los cursos A-G.

"Los consejeros más efectivos son los padres", dice Rodríguez a quien le gustaría que las sesiones informativas a estudiantes y padres fueran obligatorias.


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